No quiero saber si soy una persona superdotada

Me ha pasado una de aquellas cosas que cuestan de creer porque son mucha casualidad, pero esta vez no iba sola, estaba con una amiga en el tren, donde íbamos hablando una delante de la otra en esos asientos que son de 4.

A medida que avanzábamos en el trayecto iba subiendo más gente y se nos sentaron dos personas que iban juntas al lado, se pusieron a hablar de sus cosas.

Mi amiga y yo íbamos centradas en nuestra conversación, pero a veces sin querer, escuchas de rebote la conversación del lado (o hasta interfiere cuando quieres escuchar con atención al interlocutor).

Empezaron a llegarme palabras: diagnóstico, para que saberlo, familia, superdotada…

Me quedé alucinada y me centré en la conversación para ver si había escuchado bien. Y lo volví a escuchar, sí, dos personas de unos 60 años hablando sobre superdotación (alta capacidad) y su experiencia en el tren, en voz alta ¡Sin esconderse!

Nosotras en cambio, íbamos hablando del tema de forma implícita pero sin nombrarlo, porque para rizar más el rizo, habíamos quedado para seguir con el estudio y difusión sobre la ACI.

Se me pusieron los ojos como platos, y me giré hacia la persona que tenía al lado y mirándola a la cara le dije: Nosotras también somos superdotadas.

De nervios a ilusión. A querer saber de qué estaban hablando porque sonaba un poco duro lo que contaban. Y así era…

La persona de mi lado explicaba que parte de su familia tenía la evaluación hecha y tenían el informe de superdotación. Pero que ella no quería saberlo. Su familia no estaba bien en cuanto a salud mental y además se escudaban en tener siempre razón en esto o aquello, y algunos problemas que seguramente no eran por el rasgo, lo usaban como excusa para justificarlo bajo la etiqueta.

¿Para qué saberlo? Se ve que se habían puesto altas expectativas al saber que eran superdotados, que esperaban que llegasen muy alto y que al no hacerlo, y encima tener oficios «normales» representaba un fracaso.

Así que la persona que tenía al lado, decía que prefería no saberlo, porque si lo sabía a su edad, confirmar algo así resultaba un fracaso porque no había hecho nada grande en la vida.

Además de no querer durante todos estos años que le exigieran tanto como a sus otros familiares y al mismo tiempo decepcionarles por no haber «llegado lejos». No saberlo la libraba de todas esas expectativas que se tiene cuando una persona es detectada como superdotada. Y que además, tal y como estaba su familia…Mejor no saberlo.

La persona que estaba al lado de mi amiga, tenía una historia parecida, su hermano estaba detectado y además padecía una enfermedad mental grave. Le explicó que fue un conjunto de variables: debido a la presión del entorno y la presión académica junto con una ruptura dura con su pareja le desencadenó el primer episodio…

Tuvimos la suerte de hablar y explicar nuestra experiencia de forma natural durante un breve rato sobre la superdotación, y también de dar ánimos. Decir que éramos personas normales, que había muchos estereotipos alrededor y que lo mejor de saberlo era para conocerse a una misma y así actuar acorde y de forma alineada, sabernos diferentes, pero no mejores que nadie. Que también habíamos encontrado a iguales con los que compartir gustos, aficiones conversaciones y objetivos gracias a la asociación de la cual formamos parte.

Conclusiones de esta conversación

Las de mi amiga, la cual pudo dar seguridad a la persona que tenía al lado explicándole lo bien que le ha ido a ella para conocerse todavía más y crecer: «Una vez más y en una conversación casual se demuestra que los falsos mitos (altas expectativas para los ACI: buenas notas, excelencia, buenos trabajos) crean un carga demasiado grande y pesada, tanto que prefieren no saber.«

Algo con lo que estoy muy de acuerdo. Por dentro, me indigné. Nos llenamos la boca de que está plagado de estereotipos y que el colectivo tiene que poderlos combatir, pero me pregunto: ¿Estos estereotipos vienen sólo de la generalización o también se generan desde dentro con algunos mensajes? Porque hay discursos que vienen de personas que saben sobre AACC que a mi parecer, alimentan estas altas expectativas.

También la importancia de remarcar que tener o ser ACI no es ni un motivo ni una etiqueta bajo la que escudarse como excusa para todo, esto tampoco se debe alimentar. Ni para creer que es el único rasgo que nos conforma como personas, tal y como recientemente escribió de forma extensa y efectiva Maribel en su blog.

No nos podemos ir ni a un extremo, ni al otro. Queda muchísimo trabajo por hacer, por enseñar y visibilizar, la alta capacidad se tiene que poder hablar y normalizar desde todos los ángulos posibles como una parte más de la complejidad humana, es una excepcionalidad la cual merece la pena investigar más en otros ámbitos. Los adultos que queramos, debemos perder el miedo a hablar abiertamente, aunque cueste, porque nunca se sabe a quién puedes conocer y si es el caso echar una mano con tu experiencia, hasta en un trayecto en tren.

Photo by Archie Binamira on Pexels.com

Publicado por Anna de en Crisis

Escribo para desenredar pensamientos de todo tipo

6 comentarios sobre “No quiero saber si soy una persona superdotada

  1. El simple hecho de saber que una persona tiene AACC no significa que haya de convertirse de la noche a la mañana en un/a héroe/ina, ni tener que demostrar nada, simplemente puede ayudar a conocerse así mismo/a. Aceptarlo, mirar al futuro, dar gracias por conocerlo.
    Creo que el no tener unas expectativas sobredimensionadas ayuda al no sufrimiento.

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  2. Hola:
    Me ha gustado la historia, pero me vienen a la cabeza varias preguntas: ¿qué se entiende por un oficio «normal»? ¿Qué mueve a los superdotados (>130) o a aquellos con alta capacidad intelectual (>120 con un talento) a no descollar? ¿Tal vez sea que están motivados intrínsecamente? ¿Quizá porque aprendieron a no sobresalir para adaptarse al entorno? Todos sabemos el daño que hace cualquier estereotipo en ausencia de otro relato para explicar nuestra vida, pero es necesario que cada uno no solo conozca las circunstancias que le han llevado al sendero que ha recorrido, sino en aceptar el camino transcurrido.

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    1. No quise entrar en detalles, por oficio normal me refiero a profesiones que no son extraordinarias como por ejemplo: profesor/a, enfermero/a…cuando representa que una persona superdotada debería como mínimo un/a médico.

      Lo que comentas en tus otras preguntas, me faltarían más detalles porque no sé si he entendido a lo que te refieres. Dependerá de lo que consideres destacar y por qué un superdotado debe destacar y en qué ámbitos. Puedes destacar siendo el que entiende las cosas de forma más rápida o con soluciones creativas pero no destacar siendo el mejor…por poner un ejemplo. Hay tantos casos distintas como personas. ¡Me gusta mucho tu reflexión final!

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  3. Gracias Anna por el post.
    Efectivamente, se podría decir que en el largo trayecto de las AACC, el tren está aún en paradas primigenias, sobre todo en cuanto a comprensión social.
    Queda mucho por hacer en cuanto a investigación, y sobre todo en difusión, así que gracias por tu labor y mucho ánimo.

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