Insomnio por exceso ideas

Hay días en los que no puedo dormir por las noches, aunque tenga sueño, mi mente no puede parar de ir hacia todas direcciones, de una forma lógica y estructurada, creando sin parar, preguntándome cosas, respondiendo pero abriendo nuevas posibilidades, cuando tengo una idea que me provoca curiosidad y además se me suman ganas de expresarla.

Pero no es algo que me ocurra al hacerse de noche e intentar dormir no, es algo que a veces requiere días o horas y cuando llega a su punto máximo, más vale hacerle caso de una vez.

Es la creatividad en estado puro llamando a la puerta. Un consejo si esto sucede: hazle caso, ¡de verdad!

No creas que lo vas a poder oprimir o que vas a poder pasar a otra cosa y descansar tranquilamente. Es la inspiración, tal y como intenté explicar de forma muy sencilla y llana en otra entrada hace ya un año (la inspiración en el superdotado).

Al menos en mi caso, ya van muchas veces en la que me es contraproducente no hacer caso a esa fuerza mental que acaba desbordando y que necesita ser canalizada. Y en cambio, salgo ganando cuando me puedo dejar llevar, ya que todo fluye de una manera vertiginosa y el tiempo deja de existir.

¿Y porqué motivo no iba a hacerle caso? Pues la vida y sus obligaciones. No creía conveniente pararlo todo para ponerme a escribir durante horas debido a que las responsabilidades llaman.

Preparar los tuppers para el día siguiente, recoger, preparar la cena, relajarse y a dormir prontito para empezar la semana con energía. Y ni mirar la tele, leer o mirar redes sociales me ha funcionado. Toda la noche teniendo ideas y conectándolas de un lado a otro.

La verdad, que me hubiera salido más a cuenta ponerme con ello respetando esa necesidad casi obligada de crear, saber más, y dejarme llevar intelectualmente que no intentar dormir de forma obligada. Eso sí, seguramente hubiera dormido igualmente pocas horas, pero satisfecha.

Además, nunca se sabe que puede salir de ahí, de esos momentos tan intensos e inspiradores, en los que estás tan motivada que nada más importa. Vale la pena intentar darle cabida en el día a día de la mejor forma posible aunque sea un momento inoportuno.