Antiguo texto del 29 de diciembre de 2009:
– Andando sin ir a ninguna parte, andando imaginando andar o andando mientras haces camino. Perdí un zapato pero cuando me me giré a recogerlo estaba desaparecido, fundido en este mundo.
Una burbuja se eleva hacia el cielo. Finalmente explota. Ha llegado tan lejos como ha sido capaz. Muchas burbujas…se elevan, brillantes, majestuosas, otras explotan en el suelo y una gran mayoría encuentran obstáculos que las destruyen. Las hay que lo soportan todo, y finalmente llegan hasta el cielo, y allí explotan por voluntad propia.
Tienen que hacer malabares para llegar allí donde quieren llegar y donde el viento las manda. No quieren dejarse dominar por el viento ni por las ramas que las quieren explosionar. Quieren ir libres y campar por el cielo hasta que dicen, ¡suficiente! Son felices y no vuelan más.
Yo quiero subir muy arriba, sin el viento en la cara, yo quiero una brisa suave que me acompañe.
Yo no quiero ramas que me pinchen el corazón, yo quiero un corazón de hierro y una fortaleza de gigante.
No quiero una sonrisa falsa, o llorar por tonterías, yo quiero sonreír con lo que me plazca.
Yo quiero tiernas hojas que me ayuden y me digan lo que se necesita para ir bien. Yo quiero ayudarlas a ellas. Y a las otras burbujas.
Quiero ser una burbuja, de las que esquivan y aprenden.
Yo quiero hacer malabares y equilibrios, saltar y llegar allí donde quiera.
En crisis 