Me he vuelto a vestir de blanco

Después de cuatro meses he vuelto a ponerme el karate-gi, fueron sensaciones reencontradas. Hace unas semanas que tendría que haber entrado en el tatami pero entre la preparación de los exámenes y que tuve que estar en cuarentena unos días por contacto directo con un positivo en Covid no pude antes.

Llevábamos todos estos meses dando clases virtuales tres veces por semana a nuestros niños y jóvenes, el cansancio ya se iba notando, pero era una forma de moverse y de seguir dando clases para que no perder el ritmo de forma tan drástica. Como asociación no estábamos obligados a dar clases, pero fue un compromiso que tomamos desde el primer momento.

Ahora que hemos vuelto hace unas tres semanas a dar las clases presenciales con todas las medidas, varias personas se han dado de baja. Es una pena, primero porque los echaremos en falta y segundo porque pone en peligro la asociación. Estamos en unos momentos difíciles globalmente y a muchos niveles, así que era de esperar vernos afectados en cuanto a asociación. Tendremos que ir viendo cómo evoluciona todo, también en el ámbito de rebrotes, ya que otro confinamiento sí que acabaría con nosotros totalmente.

Volver a pisar el tatami fue especial, ya que, al dar las clases desde casa no acababa de encontrar esa conexión con el arte marcial. Hasta estaba un poco desanimada. Así que ver los niños en persona, poderles saludar y darles clase fue muy gratificante. Notar el suelo bajo mis pies, el peso de la ropa y colocarme el cinturón. Aún llevando unas semanas sin hacer nada de deporte, dirigí la clase.

Me encantó ver sus sonrisas y la ilusión de hacer algo un poco diferente, reflejos, que en el karate para reaccionar son muy importantes. Era como un juego y al mismo tiempo usando algunas técnicas. Al salir, todos sudando pero con cara de cansancio y satisfacción. Disfruto viéndoles sonreír durante la clase, intento mostrar seriedad, pero eso no me parece incompatible con pasarlo bien. Disciplina, esfuerzo, compañerismo, persistencia, trabajo, constancia, valores, control…solo son algunas de las cualidades que siento cuando me visto de blanco y que me recuerdan que también soy así en mi día a día.